lunes, 18 de junio de 2012

Vito Andrés Bártoli: Sabio 'Sabino'

Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com Su nombre real es Vito Andrés y en Colombia lo rebautizaron como 'Sabino'. En el Perú, es 'El Tano' Bártoli, aquel volante argentino que brilló en el país en los '50 y que hizo luego de Sullana su segundo hogar al formar el mejor equipo de la historia de Alianza Atlético.
Vito Andrés Bártoli Pahuiotti nació en uno de los días festivos de su patria: el 25 de mayo de 1929 en Buenos Aires, y residió en el barrio de La Boca hasta que en 1953 pegó el salto al fútbol colombiano, para militar en el Unión Magdalena. Como versa el dicho, nadie es profeta en su propia tierra, y solo sus primeras actuaciones en Colombia hicieron que recibiera un rebautizo de los que se estilaba en la tierra del café. Si a Óscar Ramos, puntal del Sport Boys campeón de 1958, le decían 'Severiano', a Bártoli le pusieron 'Sabino'. Y por ello muchos piensan que tal era su nombre, con el cual ha quedado perennizado en la memoria del hincha peruano.

El arte del ballet

Con el gran 'Ballet Porteño' de Chalaco. Es el cuarto de los parados (Recorte: revista Ovación)En 1955 Bártoli llegó al Perú para jugar en el Atlético Chalaco. Allí hizo las veces de volante por derecha en aquel famoso 'Ballet Porteño' que, entre otros, integraron el paraguayo Adolfo Riquelme, Andrés Bedoya, René Rosasco, Félix Mina, Jacinto Villaba, Luis Portanova y los también argentinos Jaime Cruz, Gualberto Bianco, Antonio Aguiar, Santiago Armándola y Luis López.
Aquella gran formación obtuvo los subtítulos de 1957 y 1958, aunque Bártoli no la haya tenido fácil a priori. Ocurre que el DT del 'León Porteño', el argentino 'Pancho' Villegas, tuvo reparos para alinearlo el día en que se esperaba su debut con chompa rayada, frente al Portuguesa de Brasil. ¿La razón? Eran tiempos en que se comenzaba a cuestionar la llegada masiva de extranjeros al Perú, y Villegas, que había recomendado al 'Tano' -que lucía una calvicie prematura y por ello denotaba mayor edad de la que tenía-, afrontaba ciertos temores: "¿Te das cuenta qué pasaría si vamos perdiendo contra Portuguesa con un 'pelado' en la media cancha y estando al frente Djalma Santos, Brandaozinho, Ipojucán y Julinho? Mejor, Bártoli, usted espere en la banca. Yo lo pongo a mitad del partido, y estese seguro de que las cosas van a ir mejor", narraba Bártoli a la revista Ovación en los setenta.
Con Cristal en 1959. Es el segundo de los parados, a la izquierda de Rafael Asca (Foto: libro 'Sporting Cristal: 25 años en el deporte')
Al final, Villegas cumplió su palabra: hizo entrar al 'Tano' y este jugó bien, y se ganó un lugar entre los once. Quienes vieron a Bártoli con la divisa del Chalaco afirman que fue uno de esos que jugaba para la tribuna, con un potente disparo y de clarísima visión de juego. Sus compañeros de equipo se hicieron famosos gracias a sus pases como con la mano”. Después de los dos subtítulos, en 1959 llegó al Sporting Cristal, donde a la clase de los uruguayos Sacco y Zunino se había sumado el gran Alberto 'Toto' Terry, quien venía de Universitario. Todos ellos tuvieron que agradecer sus magistrales servicios, aunque los cerveceros no pasaron del tercer lugar en el campeonato.
Luego, Bártoli regresó a las tierras que lo hicieron famoso. En su segunda etapa en Colombia jugó por el Deportivo Independiente Medellín (1961), Deportivo Cali (1961-1962) y Deportes Quindío (1963-1965). Finalmente, retornó al Perú para no irse más: jugó por el Carlos Concha del Callao en 1966, en aquel primer torneo Descentralizado en el cual dicho club perdió la categoría. Con la última camiseta que vistió en su carrera: la roja del Carlos Concha, en 1966 (Recorte: revista Ovación)Luego de ello se hizo técnico y comenzó una prolífica carrera, aun más exitosa que como jugador.

Al calor del hogar

Los primeros pasos de Bártoli fueron en el norte, zona del país con la que alcanzaría alta identificación. En Chiclayo, condujo al Juan Aurich del anonimato a la Copa Libertadores en su primera campaña en la máxima categoría. Formó aquel poderoso equipo del 'Ciclón' que en 1969 disputó la Copa Libertadores y logró derrotar a la Universidad Católica en Santiago. Al año siguiente, pasó a dirigir a Cristal con el que obtuvo el campeonato de 1970, el primer título del cual pudo hacer alarde. Seguidamente pasó por Unión Tumán, Alianza Lima, Juan Aurich, León de Huánuco y Universitario para regresar 1977 al Deportes Quindío colombiano, ahora como DT. Pero su cariño por el Perú pudo más y retornó en 1979 para dirigir a Deportivo Municipal, ADT (con el que disputó la Liguilla por el título) y "su" Atlético Chalaco.
En 1984, Bártoli logró un nuevo campeonato como técnico, esta vez de Copa Perú con Los Espartanos de Pacasmayo, con Hugo Sotil como figura estelar. En dicha Finalísima enfrentó y derrotó 1-0 en el partido decisivo a un equipo que se daba a conocer ante la afición nacional y que luego significaría todo para Bártoli: Alianza Atlético Sullana. De hecho, luego de pasar por el banquillo de Atlético Torino y otra vez por el de Los Espartanos, Dando una charla en La Florida durante su paso por Cristal, con el que fue campeón en 1970 (Foto: libro 'Sporting Cristal: 25 años en el deporte')'El Tano' llegó a Sullana en 1988, para conducir a los churres en la primera campaña de su trayectoria en la máxima división. Era el equipo de 'Gatti' Sandoval, de Sanjinez, Berlanga, Ágapo Gonzales, García Panta, Johano Bermúdez, 'Pate'rana' Zapata, Samuel Chamochumbi y el finado Ramón Anchisi. Aquel que ganó el Regional Norte y luego se ubicó segundo en el Descentralizado y estuvo a tiro llegar a la Copa Libertadores en la segunda Liguilla del año, con una inesperada derrota ante Universitario en la última fecha.
Aquella gran campaña hizo que Sport Boys, que buscaba volver a Primera División, pusiera la mira en 'El Tano' y lo contratara para guiar la campaña de retorno en 1989. Fue, pues, el argentino quien condujo a Duarte, Atoche, Moreano, Adrián Gatti y Carlos Henrique Paris en aquellas tardes de éxito en el Telmo Carbajo, para cerrar el círculo y convertirse en el único técnico foráneo que ha obtenido títulos de Primera, Segunda y Copa Perú en el fútbol peruano. Con Hugo Sotil en el campo, llegó a Primera con Los Espartanos desde la Copa Perú (Recorte: revista Ovación)Pero pese al éxito, su cariño por esa tierra norteña que lo había cobijado pudo más y retornó a Sullana para 1990, año en el que hizo una nueva gran campaña en el II Regional y afianzó la paternidad churre sobre su tocayo Alianza Lima, al cual derrotó ante un estadio Nacional abarrotado con un gol de sombrero de Javier Torres al 'Gato' Purizaga.

La alianza con 'El Tano'

Así, no fue solo ambiental el calor que brindó Sullana a Bártoli. Se afincó allí y tuvo regresos con ribetes de salvador en 1992, 1993 y 1996, en este último torneo salvando la categoría en la última jornada de visita en Talara frente al Atlético Torino, resultado que envió al descenso a Aurich/Cañaña. Fue la última campaña de 'El Tano' en el banquillo del 'Vendaval'.
En realidad, a diferencia de otros técnicos argentinos que han pasado por el Perú, Bártoli nunca fue un tipo mediático: más bien gustó del perfil bajo, alejado de los dimes y diretes con los rivales. Y además, denotando vocación de servicio y colaboración sin rehuir retos complejos. Así lo demostró en sus dos últimas campañas: Abrazando a Adrián Gatti en la consagración de Boys campeón de Segunda en 1989, ante Defensor Kiwi (Foto: libro '¡Vamos Boys!', Teodoro Salazar Canaval)primero con el Alcides Vigo en 1997, cuando el equipo policial estaba deshauciado y él se puso al frente por algunas jornadas, y luego en 2002, con aquel Aurich que quiso rescatar del cadalso -ya estando por encima de los 70 años de edad-, en muestra de agradecimiento por haberlo lanzado como técnico. Sin embargo, hubo algo con lo que Bártoli jamás pudo convivir: la falta de seriedad, y por ello se marchó luego de solo tres partidos, tras una derrota contra Sporting Cristal por 1-0 en el San Martín.
Hoy, Bártoli sigue en el Perú. Su apellido y su pelada, esa que tantos temores le despertó alguna vez a 'Pancho' Villegas, son sinónimos del cariño y reconocimiento que la afición le profesa las pocas veces que aparece en los medios. Lo quieren en el Callao, también en Chiclayo; pero sobre todo en Sullana, la tierra que él descubrió para el Perú futbolero y que lo evoca como el maestro formador de la oncena más querida y recordada de los noventa años de historia de Alianza Atlético.

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