sábado, 26 de marzo de 2011

TRIBUNAS TURBIAS








Cuando Alianza Atlético empleó por última vez el estadio Campeones del 36, un cada vez más lejano 29 de noviembre de 2009 en el empate a dos ante Bolognesi, nadie se imaginó que tras casi 16 meses el escenario sullanense estuviera inmerso en la incertidumbre por saber si algun día se culminarán las obras de remodelación que con tanto entusiasmo se empezaron a labrar.
Campeones de la tardanza
Esta historia comenzó en enero del año 2007, cuando la Municipalidad de Sullana convocó a concurso público para la elaboración del estudio de Ampliación y Mejoramiento del principal estadio de 'La Perla del Chira'. El ganador resultó ser el arquitecto Miguel Adrianzén, cuyo proyecto estipulaba una capacidad para 22,600 espectadores. Poco después, los congresistas José Carlos Carrasco Távara y Jhony Peralta Cruz, oriundos de Sullana y Piura, respectivamente, tomaron la iniciativa y gestionaron los fondos necesarios para la ejecución de las obras tras previas conversaciones con el entonces alcalde de la provincia de Sullana, Jaime Bardales. A partir de ese momento, los problemas comienzan a generarse ya que el IPD -ente encargado de distribuir los fondos al ser propietario del estadio- encomendó un nuevo estudio al arquitecto Gabriel Desulovich, en el cual se reduce la capacidad a 17,000 personas, lo cual fue rechazado por los iniciales propulsores que esperaban tener como mínimo la capacidad requerida por la Conmebol para poder disputar encuentros oficiales de carácter internacional, que por aquel tiempo era de 20,000 asientos. Cabe recalcar que a partir de la presente edición de la Copa Libertadores, el ente continental permite emplear estadios con una menor capacidad siempre que se cumpla con ciertos requisitos básicos en seguridad y comodidad, y que el equipo rival no provenga de Argentina o Brasil.
Tras superar estos impases, el 1 de diciembre de 2009 se iniciaron los trabajos, los cuales iban cumpliendo los plazos establecidos hasta febrero del siguiente año cuando se realizó una inspección a las obras. A partir de entonces es cuando los problemas nuevamente asoman, ya que la empresa encargada de la construcción pidió una ampliación en el mes de marzo para la culminación, a lo que la Municipalidad les otorgó 74 días, tras los cuales tampoco se cumplieron. Desde entonces, el Campeones del 36 se encuentra a la deriva, con las construcciones avanzadas en un 75.98% y sin constructora que culmine la ejecución porque el incumplimiento del plazo original -120 días- trajo consigo la disolución del contrato. Tras ello, salió a flote la insolvencia económica de la empresa que había sido contratada y a la que se había hecho adelantos hasta por un millón 837 mil nuevos soles, que no han podido ser recuperados porque se presentaron como garantía supuestas cartas fianza falsas. Todo este embrollo trajo consigo sospechas, denuncias e investigaciones por corrupción contra las autoridades ediles que ejercían funciones hasta fines del año pasado en Sullana.
Pagan los platos rotos
Al final, esto también termina afectando el rendimiento del equipo. Los churres tienen que irse a jugar a Piura donde no está el grueso de su hinchada y, además, en la capital del departamento el equipo genera mucha resistencia. Como se recordará, el año pasado esta web publicó un informe sobre los equipos que tuvieron que salir de su localidad y las consecuencias negativas que esto generó en su juego. Las razones del 'Vendaval' para volver a Sullana también pasan por el plano futbolístico.
Ante este panorama, a la población sullanense solo le queda esperar que las promesas hechas en el pasado se puedan cumplir para este año, ahora bajo el mando de la nueva administración con el alcalde Jorge Camino Calle a la cabeza porque, más allá de retrasos o acusaciones, el objetivo es celebrar con un nuevo y remozado escenario los 100 años de la creación de su provincia el próximo 4 de noviembre, viendo nuevamente al equipo de su localidad jugando en Primera División.

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